Es una de las principales razones más frecuentes por la que los padres llevan a sus hijos al médico. Si bien existen diferentes tipos de infecciones del oído, la más común de ellas se denomina otitis media, que consiste en la inflamación e infección del oído medio, el cual se encuentra localizado justo detrás del tímpano.
Una infección aguda en el oído es una infección dolorosa y corta en dicho órgano. Para obtener información sobre una infección de oído que dure mucho tiempo o que aparezca y desaparezca, ver el artículo: infección crónica del oído.
Otitis media aguda; Infección del oído interno; Infección aguda del oído medio
La trompa de Eustaquio va desde el oído medio hasta la parte posterior de la garganta. Esta trompa drena líquido que normalmente se produce en el oído medio. Si la trompa de Eustaquio resulta bloqueada, se puede acumular líquido, lo cual puede causar una infección.
Las infecciones del oído son comunes en los bebés y en los niños, en parte porque sus trompas de Eustaquio se obstruyen fácilmente.
Las infecciones del oído también pueden ocurrir en adultos, aunque son menos comunes que en los niños.
Cualquier cosa que ocasione inflamación o bloqueo de las trompas de Eustaquio provoca que se acumulen más líquidos en el oído medio detrás del tímpano. Estas causas abarcan:
Las infecciones en el oído también son más probables si un niño pasa mucho tiempo bebiendo de un vaso o botella para tomar sorbitos mientras está acostado boca arriba. Sin embargo, el hecho de que entre agua en los oídos no provoca una infección aguda en ellos, a menos que el tímpano tenga un agujero a causa de un episodio previo.
Las infecciones agudas del oído se presentan con más frecuencia durante el invierno. Uno no puede contraer una infección del oído de alguien más, pero un resfriado puede propagarse entre los niños y hacer que algunos de ellos contraigan este tipo de infecciones.
Los factores de riesgo para las infecciones agudas del oído abarcan los siguientes:
El signo más claro en los bebés a menudo es la irritabilidad frecuente y el llanto inconsolable. Muchos bebés y niños con una infección aguda del oído presentan fiebre o tienen problemas para dormir. Halarse la oreja no siempre es un signo de que el niño tiene una infección del oído.
Los síntomas de una infección aguda del oído en niños mayores o adultos abarcan:
La infección del oído puede comenzar poco después de haber tenido un resfriado. La secreción súbita de un líquido amarillo o verde del oído puede significar que hay ruptura del tímpano.
Todas las infecciones agudas del oído incluyen líquido detrás del tímpano. Usted puede usar un monitor electrónico para el oído, como EarCheck, para detectar este líquido en casa. El dispositivo está disponible en las farmacias, pero usted aún necesita consultar con su médico para confirmar cualquier posible infección del oído.
El médico examinará el interior del oído, utilizando un instrumento llamado otoscopio. Esto puede mostrar:
Se puede recomendar una audiometría si la persona tiene un antecedente de infecciones del oído.
Algunas infecciones del oído se alivian sin problema por sí solas sin necesidad de antibióticos. A menudo, todo lo que se necesita es tratar el dolor y dejar que el cuerpo sane por sí mismo.
TODOS los niños menores de 6 meses con fiebre o síntomas deben ser vistos por el médico. A los niños mayores de 6 meses se les puede vigilar en casa si no tienen:
Si no hay ningún mejoramiento o los síntomas empeoran, programe una cita con su médico para determinar si se necesitan antibióticos.
ANTIBIÓTICOS
Un virus o bacteria puede causar infecciones del oído. Los antibióticos no aliviarán una infección causada por un virus, por lo que muchos médicos ya no prescriben antibióticos para toda infección del oído. Sin embargo, todos los niños menores de 6 meses con una infección en el oído se tratan con antibióticos.
Es más probable que el médico prescriba antibióticos si:
Verifique que usted o su hijo tomen los antibióticos todos los días y terminen todo el medicamento, en lugar de suspenderlo cuando los síntomas desaparecen. Si los antibióticos no parecen estar haciendo efecto al cabo de 48 a 72 horas, consulte con el médico. Es posible que sea necesario cambiar a un antibiótico diferente.
La amoxicilina comúnmente es la primera opción. Otros antibióticos que se pueden administrar son azitromicina o claritromicina, cefdinir, cefuroxima, cefpodoxima, clavulanato/amoxicilina (Augmentin), clindamicina o ceftriaxona.
Los efectos secundarios de los antibióticos abarcan náuseas, vómitos y diarrea. También se pueden presentar reacciones alérgicas, pero son poco frecuentes.
Algunos niños que tienen infecciones repetitivas, que parecen desaparecer en los intermedios, pueden recibir una dosis diaria de antibióticos más pequeña para prevenir nuevas infecciones.
CIRUGÍA
Si una infección no desaparece con tratamiento médico normal o si un niño tiene muchas infecciones durante un corto período de tiempo, el médico puede recomendar la colocación de tubos de timpanostomía.
Si las vegetaciones adenoides están agrandadas, se puede considerar su extirpación quirúrgica, especialmente si usted sigue teniendo infecciones del oído. La extirpación de las amígdalas no parece ayudar con las infecciones del oído.
Las infecciones del oído se pueden tratar, pero pueden presentarse de nuevo en el futuro y pueden ser muy dolorosas. Si a usted o a su hijo se le receta un antibiótico, es importante terminar todo el medicamento según las instrucciones.
Generalmente, una infección de oído es un problema médico menor que mejora sin complicaciones. La mayoría de los niños desarrollará una pérdida auditiva menor y de corta duración durante y justo después de una infección del oído. Esto se debe al líquido que permanece en el oído.
En raras ocasiones, se puede desarrollar una infección más seria, como:
El líquido puede permanecer detrás de los tímpanos incluso después de que la infección se haya aliviado durante semanas o incluso meses. Ver también: otitis media exudativa.
Otras complicaciones potenciales comprenden:
Llame al pediatra si:
Si se trata de un niño menor de 6 meses, infórmele al médico inmediatamente si éste desarrolla fiebre, incluso si no presenta ningún otro tipo de síntomas.
Usted puede reducir el riesgo de infecciones del oído de su hijo poniendo en práctica lo siguiente:
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